Gotitas para la soledad

He estado llorando.
No sé si pulsan mis ojos por el dolor de llorarte o por el dolor de perderte.
Ya no voy a jugar que soy fuerte, puedes venir a verme, en lagrimas deshacerme.
Ya no tengo vergüenza alguna de ser frágil... ese es el amor no? Dejar de usar máscaras, dejar de fingir, ser lo que siempre he sido por dentro.

He estado llorando.
No se si me ahogaré en mi llanto o en el río que me trae lejos de tí.

He resuelto coger mi tristeza tan líquida en un frasco menos frío que tu piel.
Te lo doy, tenlo cerca de tu corazón, para que cuando te sientas tan sola, tan desdichada, tan perdida, tan muerta, tan vacía como me siento yo, tengas unas gotitas que te acompañen...

Apesar de que tanto he estado llorando por tí, te amo lo suficiente para darte lo último que quedará de mi esta noche, las gotitas de mi soledad, para que curen la tuya cuando yo no esté.


Masiel García, gracias Naiely.

Hablemos....

Hablemos de locos.
De aquellos que no dicen nada y parece lo saben todo.
O de los que cantan solos pero a todo pulmon para que los oiga alguien.
Hablemos de esos chicos que pretenden tener todo bajo control y en realidad no tienen nada que controlar.

Hablemos del vacío en la vida.
Que es incapaz de llenarse con sentimientos.
Del vacío que genera una vida sin sentido que se llena con la vida misma.

Hablemos de la risa.
De esa expresión tan típica de la felicidad y tan atípica de la cordura.
De las canciones que hablan de un cielo azul y un limonero amarillo que dan risa.
La risa es la explosión más sincera.

Hablemos de la tristeza.
Tan inevitable como respirar.
Tan dolorosa como olvidar.
Tan insípida como la luz.
Tan recurrente, tan impertinente.

Hablemos de la Felicidad:
akjsdTeflajs;d aldjf;aiamodfasdelammij a;kldjf;klajsmáskdsjf;alksdj flajdcmdefalkj;ioe lajdfjienlwiloqeurevnn que fa;ldskjfnquisierav,mv/z,cmvie
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Perdón. La felicidad no habla nuestro idioma, pero no por eso no puedes entenderla, es mejor no buscarle una razón, sólo hacerla, sentirla y disfrutarla.

Adelaida


En un baúl muy bien guardada, reposaba lo que fuera antes su cuerpo, mi abuela encantada.
Recordaba al verla, su voz, sus regaños, sus dolores y sus sonrisas. Inmóvil no hablaba, teniendo aún sus labios; y sin sonreír, tal vez por los dolores que ya no estaban, pero se fueron con las sonrisas. Extrañaba esa alegría después del enfado.

Su vida fue, un paso en este mundo, detrás de otros pasos, la vida de cada quién forma parte de un cuento, que se cuenta en mil memorias. Pero su cuerpo cambiando y sin aliento ya no me cuenta nada.
Estuvo muerta muchas veces, pues vi en muchas oportunidades como en esa cama no hacía nada. Sus ojos fijos en el vacío y su corazón lentamente bailando en un ritmo incronometrado.

La vi muchas veces resucitando, vi el espíritu de sus hijos, que habían muerto y que han regresado.

Sin embargo la vida y la muerte se la pasan andando, y es que la vida es querer y la muerte es no querer.

Deseos.

Érase una vez, un pensamiento pensante.
Que revoloteaba en mi mente y que tenía voz propia.
Se paseaba en mi cabeza moviendo todas mis ideas,
Se reía de mis sueños y mis metas.

Érase una vez, una niña con pelo lacio,
De un semblante triste y con cansancio.
Y la niña está enamorada de un fantasma
Que toca la guitarra y no goza de fama.

La niña ama a un joven perdido
En sus delirios y en otros vicios.
La niña quiere a un chico decente
Que no está del amor conciente.